Cómo se siembra el azafrán en españa
Azafrán ha prestado múltiples servicios durante la historia. Los hunos, por servirnos de un ejemplo, empleaban la condimenta para aliviar el estómago, las encías o los dolores menstruales. Los faraones egipcios fueron embalsamados con él. Y Cleopatra, en vida, se bañaba en flores de azafrán para proteger su tez. Los helenos perfumaban las habitaciones con él, al paso que los romanos, en el momento en que festejaban sus bacanales, agradaban de acostarse sobre cojines rellenos de azafrán, persuadidos de su poder afrodisíaco. En España fue introducido por los árabes a lo largo del Califato de Córdoba, utilizándolo como medicina.
A lo largo del Renacimiento, Venecia se resaltó como el centro comercial más esencial del azafrán, y en ese instante el azafrán valía mucho más que su peso en oro, si bien su prominente precio aun se encontraba adulterado. Enrique VIII, apasionado del aroma del azafrán, llegó a castigar con la desaparición a quienes lo hiciesen.
Fertilización y riego
La fertilización se frecuenta utilizar a lo largo del laboreo y se frecuenta efectuar entre 3 meses y 1 mes antes, en dependencia del estado del suelo. Se aplica materia orgánica bien descompuesta, como estiércol o compost, y se distribuye uniformemente en el marco donde deseamos plantar el azafrán. En 1 metro cuadrado puedes añadir entre 1 kg y 1,5 kg de materia orgánica, si bien va a depender de la calidad del producto en el momento en que agregues aproximadamente.
El azafrán es una planta habituada a tiempos cálidos donde hay poca agua (Grecia, España, Marruecos, Van a ir, etcétera.). Los enormes productores tienden a regar con poca continuidad pero en enormes proporciones. Por otra parte, se demostró que el riego localizado incrementa el desempeño del estigma. Al fin y al cabo, el azafrán no requiere enormes proporciones de agua
BioAzafrán, producción ecológica
Es la situacion de la flamante cooperativa BioAzafrán, con origen en la ciudad toledana de Villafranca de los Caballeros, una ejemplo de idea popular, en el que 45 pequeños productores de múltiples provincias se sumaron para dirigir la producción ecológica de azafrán en un ayuntamiento que piensa mucho más del 60% del presupuesto toledano del producto amparado por la DO La Mácula, con 60,7 kilogramos del 97,5 conseguido en la provincia, aparte de lo que se genera fuera de las estadísticas del organismo.
Con una inversión inicial de 60.000 euros y la primera cosecha en marcha, tras plantar 12.000 kilogramos de bulbos en 2 hectáreas, aguardan cosechar unos tres kilogramos de oro colorado, al tiempo que las pretensiones para 2019, con el doble de de área, quieren sobrepasar los 20 kilogramos, según el desempeño medio por hectárea de la región, fijado entre diez y 12 kilogramos.
El cultivo del azafrán hoy en dia
El azafrán se planta con bulbos y comunmente se disponen en ristras. La separación entre las líneas tiende a ser de 15 centímetros. Es conveniente dejar un sendero de 25 centímetros cada 4 filas para hacer más simple el trabajo entre los bulbos. Tanto la distancia entre los bulbos como la hondura del orificio puede estar entre diez y 15 centímetros, esto va a depender del tamaño de los bulbos, los años que continuará en el suelo (cuantos mucho más años bajo tierra, mucho más medrará el bulbo ) y la aptitud permeable del suelo, tal como el espacio del que disponemos.
En el cultivo comercial del azafrán, los bulbos continúan en el suelo de 2 a 5 años, esto quiere decir que es imposible cambiar su cultivo con otros. La mejor producción normalmente sucede en el segundo año, entonces sigue permanente hasta el cuarto año, tras el como reduce gradualmente.
Preparación del suelo y primeros pasos
Como en cualquier cultivo, la adecuada preparación del suelo es una labor primordial para conseguir los más destacados desenlaces, siendo en la situacion del azafrán un paso esencial siendo una planta baja cuidado.
La planta del azafrán elige suelos bien drenados, tenuemente sueltos y sutilmente calcáreos. Hay que eludir las ubicaciones arcillosas, frías o húmedas, en tanto que podrían pudrir el bulbo. Aceptan un rango de pH del suelo de 6 a 8.
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